30 de enero de 2011

Espirando inspiración

Gotas que caen deslizándose por el vaso, un humo que alza el vuelo desde un cigarrillo liado por unas manos jóvenes, llenas de marcas, un leve hilo musical que rezuma de unos altavoces situados en un rincón, aislados del resto de la habitación, leves rayos que penetran con suavidad por la ventana, que a pesar del tórrido día, consiguen desvanecer las nubes creando halos alrededor de todos los objetos del receptáculo.
Un domingo por la mañana, como otro cualquiera, pero con una magia especial, algo que hace que todo, por lúgubre que se muestre, tome un color sencillo, lleno de extrañas luces y que haga que todo cuanto parece normal, se libre de esas monótonas apariencias. Jazz se respira, como el aire que entra tímidamente por la abertura de la ventana. Un aroma especial, cargado de extrañas sensaciones paralelas al sentido que percibe nuestra nariz. ¿Qué más deseas? crees tenerlo todo por ahora, todo cuanto quieres: tabaco, alcohol, música... Pero notas la ausencia de algo, la falta de ese ser que complementa todo, que hace que todo acabe cobrando ese sentido paradójico que no sabes como describir. Te falta ella, la mujer por quien luchaste y que perdiste en cuestión de palabras. La mujer por quien habías hecho todo, y resultó ser nada. Ella, la causa de que me halle aquí escribiendo ésto, mientras se encuentra en otro lugar, con otro hombre, sin saber qué es de tí, como te sientes... Sin saber que aún existes...

10 de enero de 2011

En la sien

Ya no hay vuelta atrás. Todo, absolutamente todo, se ha ido. No hay ningún consuelo, ninguna esperanza, ninguna ilusión. Es cuestión de girar la cabeza 180 grados y ver como todo por lo que vivías, pierde su sentido con el paso de los días, como todo por lo que has luchado, se ha ido. Tienes que volver a mirar al frente, ese frente que está formado por una puerta tapiada que impide tu paso. ¿Qué hacer? ¿por donde continuar?. No dispones de ninguna salida, ni un vuelta atrás. Estás solo. Frente a un frío muro de cemento. Aterrado por todo cuanto pueda pasar, sea peor que lo sucedido. Ya nada es imposible a la vez que lo es todo. Entierras tus recuerdos al ritmo que marcan tus lágrimas chocando contra el frío suelo de cemento que levantas a golpes con una pala encontrada a lo largo de tu camino. La desesperación te guía, hacia el mismo lugar que lo hacen tus recuerdos. Oyes una leve melodía, que pone la banda sonora a todos y cada uno de aquellos momentos por los que seguirías viviendo si pudiesen retomarse otra vez, pero ya no puedes. Dejas caer la pala. Es el sonido que marca tu final. Eres el siguiente en caer...

8 de enero de 2011

Catálogo de reflexiones. Fascículo cuarto

Retomando el Catálogo de reflexiones, que se estaba quedando bastante "atrás" por así decirlo, vuelvo a hablar de música, pero no música como tal, sino del sentimiento musical.
Después de tantas rayadas, comeduras de seso y depresiones varias, lo único que realmente quiero, es escuchar algo, algo que me haga sentir bien, algo "real", y es que realmente cuesta, pero si te paras a escuchar, puedes encontrar de todo. Basémonos a partir de eso, en el mensaje emocional de las canciones, ya que podemos encontrar de todo, desde gente como yo, que solo habla de sus problemas, hasta otros que suben su ego por las nubes, otros que relatan historias, otros que hablan por hablar... La música es un gran mundo, y de una manera u otra, acabamos identificándonos con una pequeña región de tan inmenso espacio musical, y es que, la música es la madre de todas las ciencias, como dijo Kase O en su canción "Nada que hacer", y no miente. Sin música no puedo vivir, es como el aire puro que hace que siga cada día despierto, que tenga afán de algo, es una sensación única, como la de aquellos que tras finalizar su obra, oyen su resultado, y piensan en el esfuerzo que ha habido detrás. Cada día que pasa, dependo más de ella, sea soul, funk, rap, jazz,... Siempre y cuando tenga alma.
El mensaje es cuanto busco, claro que también es importante el ritmo, pero sin mensaje, tu obra no sirve para nada, deja de ser arte, ya que el arte es la forma de plasmar algo a fin y al cabo, si tu música no es más que un amasijo de notas, ¿qué pretendes expresar?.
Hay que valorar la música, ya que como digo yo: la música es la única cosa de sexo femenino, que nunca te dejará por otro.

Atentamente: el del otro lado de la pantalla

3 de enero de 2011

Activa actividad

Me siento como un completo gilipollas. Por querer a quien no tendría que hacerlo, a quien me rompió el corazón más de una vez, a quien me dejó por otro, a quien perdí por ser un idiota. 
Confusión, una vez más, es lo que ronda por mi cabeza, supongo que no es extraño, ya que la gente que piensa, se confunde, y hasta ahora, creo pensar, aunque tampoco lo tengo claro, ya que alguien que piensa, sabe que eso es algo imposible, el recuperar lo perdido, como puede ser el tiempo o a aquella mujer por quien has pasado noches en vela y has derramado lágrimas que podrían rellenar el mar. Definitivamente, no estoy hecho para éste mundo, soy otro más, otro idiota que solo busca consuelo en cualquier idiotez pero que no lo consigue, solo me quedan los sueños, algo tan idiota como los sueños. Creí en su momento, que todo cuanto sueñas, puede hacerse realidad, uno de ellos se cumplió, pero sólo momentáneamente, el resto, se quedaron atrás al ver que ese era mi mayor sueño, lo que realmente parecía importarme. Ahora no tengo sueños donde apoyarme, ya que todos son tan estúpidos y disparatados, como el hecho de que alguien tan inepto como yo, consiga conservar cuanto quiere.
Sueños, sueños y más sueños, todos soñamos con algo, queramos o no, despiertos o dormidos, posible o imposible, desearía vivir en un sueño, donde todo cuanto quieres, es lo que dicta tu subconsciente, donde lo que quieres es algo sincero, no lo que crees querer. Sólo sueño con ella, despierto o dormido, aquí o allá. Fue un sueño bonito, al menos mientras duró, ahora todo cuanto he soñado se ha convertido en mi mayor pesadilla, en la odisea de vivir siendo un idiota rodeado de más idiotas.
¿Qué me queda? El consuelo de que, mientras siga vivo, seguiré soñando...

1 de enero de 2011

Old to the new

Otro año más. Sólo otro. Tampoco le voy a dar tanta importancia como parece tener, solo es el "final" del periodo de rotación de la Tierra alrededor del Sol, nada más. 
Lo que realmente me molesta de ésto, son los deseos, todo aquello que siempre, con toda la ingenua ilusión del mundo, pides mientras te estás comiendo las uvas o brindas con champán. Si algo me ha demostrado el escaso tiempo que llevo aquí, es que soñar es una vaga pérdida de tiempo, ya que todo cuanto sueñas, solo se queda en eso, en meros sueños que no se cumplirán jamás, porque lo imposible, lo es, si no, dejaría de ser imposible.
Por ese motivo, odio el comienzo de otro año, porque me hace darme cuenta de que sólo estoy desperdiciando el tiempo, que estoy viviendo de sueños que realmente no sirven para nada. Que todo cuanto hago, sólo es una pisada más en la arena de aquella playa que se borrará con el paso de la primera ola. Todo es efímero desde una perspectiva lejana, ya que un año puede parecer largo, pero cuando miras atrás, ves todo cuanto has dejado pasar, todo lo que has hecho, bien o mal, todo por lo que has soñado.
Realmente, al igual que todos, seré tan ingenuo de pedirle al 2011 felicidad para todos, como es normal, aunque sé de sobra, que eso es algo potencialmente imposible, ya que la felicidad no se alcanza bebiendo champán y vistiendo de rojo. La felicidad se consigue con sangre, sudor y lágrimas, y muchos, tras dejar pasar los años, no la consiguen. Yo, personalmente, ya dejé de buscar estrellas fugaces en un cielo nublado, porque por mucho que les pida algo, sé que ese algo es inalcanzable para mí, y que por mucho que esas estrellas iluminen, no lo harán tanto como lo hacían en mí sus ojos al mirarme.
Sólo quiero, que en éste año pre-apocalíptico que llega, deje de sentirme nadie, que algún sueño, por ínfimo que sea, se cumpla, y sobretodo, recuperar la luz aquellos ojos que disipaban la niebla en este corazón oscuro.
Feliz 2011 a todos.

Atentamente: el del otro lado de la pantalla