30 de noviembre de 2010

Frío fuego

Se fue,
como aquellas pisadas en la arena,
como las palabras gritadas al vacío,
con su ida volvió el estío,
el frío de un invierno trágico
en este corazón álgido
de pensamientos impuros,
de amor,
dudo,
si alguna vez fui alguien
con derecho a escudo,
que me evite el pensar en el ataque
que acabaría con mis fuerzas
y me delatase
como persona frágil que soy
se que no sé donde voy,
ni lo que pretendo
pero si hay algo que describa mi cuaderno
es que la soledad sigue conmigo
por frío que sea el invierno.
Y temo,
por cruzarme con tus ojos,
aquellos que calentaban
a este ciego de amor cojo
que solo daba vueltas en círculo,
buscando solución a tan ridículo
estado,
estado del que me hallo condenado
por que te quise,
te quiero
y te querré como nadie,
y si no estás siento que me falta el aire
para decirte todo ésto al oído
susurrándote
el por qué de que te hayas ido.
Y lamento el por qué de tu razón
razón por la cual me dejaste aquí tirado,
quería escribir un cuento de corazón,
y antes de empezar
lo bello se ha acabado
y me nublan las lágrimas los ojos
y siento que cada vez que oigo
aquel precioso nombre
veo como brotan cristalinas,
dos frías gotas salinas
que me hacen sentir un joven niño
y no aquel maduro hombre,
que pensaba enamorado estar,
pero que no fue más que otra farsa mental
que el solo a si mismo se creó,
haciendo que el olvidar a aquella mujer
por quien tanto lloró
no fuese más que un sueño
que aquel iluso sin sueño
aquella noche soñó.

Te querré siempre A...

8 de noviembre de 2010

Cerrado por reformas

El título lo dice todo.
Un saludo a todos los lectores otra vez, espero no tener que recurrir a ésto jamás, pero no puedo decir que no lo vaya a hacer a ciencia cierta

4 de noviembre de 2010

Haciéndolo complicado

Aparentemente queridos lectores, olvidar, parece algo relativamente sencillo. No lo es. Siento tener que aclarar que todo lo que me pasa parece sencillo pero no lo es, pero es que a mi actualmente nada me resulta sencillo. A alguien que se come la inerte masa de neuronas que posee en su cavidad encefálica cada dos por tres, las cosas no le resultan sencillas. Después de ésta breve aclaración, volveré al hilo de ésta entrada.
Efectivamente, olvidar es algo mas complicado de lo que parece. Siempre que sufrimos por algo que merece ser olvidado posteriormente, el olvidarlo es una ardua tarea que puede llevarnos a la desesperación. 
Cómo no, asociaremos en concepto de olvido hacia mi tema más frecuente: amor.
El olvidar a ese alguien que quieres, es algo realmente complicado. Algo que resulta tan difícil como extraerte una daga con sierra del tórax intentando no hacerte ni un solo rasguño. Imposible. Al igual que el resto de cosas, ésta no es más que una de esas pruebas que se establecen a lo largo de nuestra vida, ya que todo no es sencillo por mucho que queramos imaginárnoslo así. Siempre existirá el rechazo, la distancia, la amistad,... Esos factores que condicionan que a vista de la otra persona, eso resulte imposible o no rentable.
Ya lo mencioné antes, yo estoy pasando por esa situación, y creo que es la peor temporada que he tenido en todos los años de mi existencia, después de saber que algún día moriría, aunque eso segundo ya no me preocupa. Resulta extraño el tener que romper todos los vínculos que te unen a la persona que más has querido, solo por el mero hecho de olvidarle y dejar de hacerte un daño constante. El recordar todo lo vivido junto con esa persona y el tener que reconstruir esos recuerdos de tal manera que parezcan negativos para que no duelan tanto, es algo duro, muy duro. Odio el estar así, pero por desgracia no soy yo quien decide a quién amar, si no todo sería mas sencillo. Ni soy yo quien decide a quien olvidar, así que siento no poder olvidar a esa persona a quién tanto quiero por mucho que me duela y me haga sufrir cada noche en mi cama mirando al techo.

2 de noviembre de 2010

Tranquilidad

Extraña sensación la tranquilidad, ¿eh?. Es muy difícil estar tranquilo en el bullicio de la ciudad, pero siempre quedan esos momentos a solas con uno mismo, que hacen que nuestro cuerpo se funda con el entorno: todo aquello que tocamos, que olemos y sobre todo: que oímos.
Hoy voy a volver a hablar de la música, ese gran aliado mío para paliar el dolor cardiovascular, más concretamente, del jazz, ese estilo tan, para algunos antiguo y anticuado como para otros, tan encantador y melódico. 
Por mucho que no queramos percatarnos, hay artistas de éste estilo, que todos, absolutamente todos, hemos oído nombrar y tocar o cantar a lo largo de nuestra vida. Gente como Louis Armstrong, John Coltrane, Ella Fiztgerlald, Miles Davis, Nina Simone, Henry Mancini entre otros muchos.
¿Quién no ha oído nunca "What a wonderful world", "Work song", "Feeling good" o algo tan básico como el tema de cabecera de "The Pink Panther"? Es algo con lo que desde críos nos hemos criado, no todos, pero si las generaciones posteriores a dichos artistas y los miles que faltan, y que, a día de hoy, siguen surgiendo, aunque algo más clandestinamente y menos conocidos que antes, ya que, como mencioné en mi última entrada referente a ésto, la gente cada día busca algo más bailable y con menos mensaje, para ahorrarse el pensar. Siempre quedará alguien, que consiga reavivar la llama que estilos que están decayendo por su poca popularidad en la calle, como el soul o el jazz entre otros muchos, con su pequeño grano de arena, escuchando éstas maravillas de la música.

Atentamente: el del otro lado de la pantalla