29 de diciembre de 2010

Perpendicularidad paralela

Confusión
es lo que sufro,
aturdido
con mis versos me descubro
al mundo,
oculto para mi,
como la distancia
que me impide vivir.
No quiero estar
contigo o sin ti.
No se que coño quiero
si llorar o reír.
Seguir vivo,
o llegar a mi fin.
Es todo tan complicado,
lo que antes eran colores
a un gris seco
se han tornado.
Lo que antes eran besos
y caricias con las manos,
pasaron a ser el odio
de mi vida condensado,
porque todo lo que importa
se fue como el viento
que se lleva las palabras
y esas tardes de ensueño.
Miro al cielo
y busco el consuelo
a tal dilema moral
que me quema por dentro,
sigo solo,
como siempre
no se de que he de dudar
pero la duda existe
sin ser duda existencial.
¿Y qué más da?
Soy un iluso,
ilusionado por nada,
soy un ciego
que descarta coordenadas,
porque solo me he guiado
con el corazón,
porque todo lo que hice,
fue por puro amor.
Desdicha la mía
que en mi paraje me cierra
demostrándome que el amor
se puede comprar en tiendas,
es algo inútil,
de definición escasa,
si tu lloras por alguien
ese alguien no te acompaña,
estás solo
donde quiera que estés,
solo ansias a alguien
y es esa mujer,
pero ella no se compromete
a tenerte que querer
busca el consuelo
mientras vas perdiendo la fe,
busca tu sitio
en todo éste sin-querer.

22 de diciembre de 2010

Pretérito perfecto

¿Conocéis esa sensación de impotencia que se siente tras una ruptura?¿Cuando ese alguien por quien tanto has llorado y luchado se vaya diciéndote que: "Lo mejor será dejarlo"?
Así me siento, impotente.
Hoy como podéis comprobar, hablo de mí y no generalizando como suelo hacer siempre. Básicamente es porque me voy a tomar la vida más a mi manera, a preocuparme más de mi y dejar de lado al resto.
Cuando todo cuanto te rodea, pierde su color, dejas de ser el mismo. No tienes por qué luchar, no tienes ganas, pierdes la ilusión. La gente falla. Eso es algo normal, en la vida de uno, nadie puede ser fiel al 100% aunque nosotros creamos. El ser humano es traidor por natura, nadie se va a quedar con uno siempre, por eso estoy decepcionado. He perdido a quien más quería, y con ella se ha ido el color, las ganas de luchar, la ilusión, la gente. Supongo que es otra vuelta a la rutina, las largas tardes de paseo vestido de blanco junto a mi amiga Soledad, uno se acaba acostumbrando, y puede que lo echase de menos, pero no tanto como le echo de menos a ella. A esa mujer por quien yo había pasado noches en vela, por quien tejí mantos de esperanza con los que me arropaba intentando dormir, por quien soñé despierto.
Las cosas son efímeras, se van, se escapan "como agua entre las manos", y de ello solo he sacado una cosa limpia: no duraré mucho aquí, y tengo que aprovechar el poco tiempo. De ahí, que a partir de ahora decida realizar cambios bruscos de personalidad, como despreocupación por el resto, que es algo por lo cual siempre he estado atado, y no he hecho cuanto quería, por hacer que cuanto quisiese el resto, lo cumpliesen, poniéndolo por encima de mis preferencias.
Intenté hacerla feliz, y de paso, serlo yo. No conseguí ninguna.
Ahora solo me queda el consuelo de que, siendo todo tan efímero, a mi vida no le quedará mucho, y algún día podré volver a soñar, recordar todo cuanto quiero, vivir lo que yo quiero. Hacerlo para siempre.

9 de diciembre de 2010

Miradas

Otro día más,
observas como la luz
irradia de tu ventana
extraña la ilusión
se traba en tu alma.
Apoyas un pie
y sientes el frío,
el mármol que cubre el suelo.
Nada es lo mismo.
Te inundan sensaciones,
sientes que estás vivo.
Sigues,
andando a paso firme,
rígido,
huesos se mantienen dormidos.
Te fijas en ti mismo,
cara pálida,
ojeras,
largo día te espera.
Recuperas el aliento,
aquella imagen de ti
te dejó perplejo,
tu reflejo.
Te notas viejo,
al ver que tu corazón
no es como antes,
ni de lejos.
Añorado tiempo añejo.
Huyes de tu casa,
casi corriendo,
esquivando el tiempo
como miradas
que se clavan en tu nuca,
como miradas
que siempre buscas.
Sientes que estás solo.
El viento se llevó todo,
sangre, sudor, lloros.
Vagas por el mundo
dando vueltas
buscas un consuelo.
Le buscas a ella.
Tus piernas recuperan el control,
corres,
casi vuelas
como aquel halcón
que te sigue desde lo alto,
divisando tu fatal error.
Ipsofacto.
Llegas donde te llevó el corazón.
Llamas,
nadie contesta,
la desesperación te lleva.
Llega,
y tu cuerpo se congela.
No sabes que hacer.
Miras a sus ojos
una y otra vez,
y sientes,
sientes que ella te hizo volver.

8 de diciembre de 2010

Sueños

Recuerda cuando eras un crío,
esos momentos,
cuando todo lo que te rodeaba
era escaso de argumentos,
describías tu estado
con tan solo dos palabras,
veías todo fácil.
Ahora ya no ves nada.
Te deleitabas
con las pequeñas cosas,
una piruleta
era tu licor de rosas,
eras feliz
con sólo un par de personas,
ahora buscas
sociedades ilimitadas,
alguien a quien amar,
quieres tenerlo todo
echar a volar.
Eres el pájaro
que del nido escapó,
quien puso sus esperanzas,
quien si solo se cegó.
Has crecido,
te miras al espejo
y solo ves a aquel crío
menos ingenuo
y más viejo.
Crees tener ya el control,
ser alguien de provecho,
crees que tu vida está hecha
y aun te queda un buen trecho.
Navegas solo
por un mar de dudas,
las olas balancean tu barco.
Te hallas a oscuras
en la cuenca de tus pensamientos,
de tus penurias.
Buscas la salida
como a ese alguien entre la gente,
no sabes que haces,
párate, detente.
Mira al cielo fijamente
observa como se torna,
color a miel.
¿Qué será de aquel?
Otro día más,
sigues solo
tu consuelo:
ninguno.
No eres más que otro.
Otro más,
que vivió de sus sueños,
que recreaba en el pasado
los buenos momentos.
Ya nada te queda,
tan solo esperar
el final de tus días
y volver a soñar.