22 de octubre de 2010

Catálogo de reflexiones. Fascículo tercero

Bueno, pues la tercera edición de mi fascículo de reflexiones.
La verdad, no estoy muy emocionado con ésto, no se por qué, pero bueno, dejemos de buscarle los porqués al asunto y pasemos a lo que realmente venimos aquí: amor otra vez, mi sentimiento más odiado por los desperfectos que en mi ha causado a lo largo de mi escasa existencia.
Posiblemente, algunos de vosotros hayáis sufrido una frase tan típica y conocida como: "quiero que sigamos siendo amigos", por parte de esa persona que, tras conocer demasiado y establecer una fuerte amistad, ha pasado a formar un vínculo extraño superior a esa anterior y bonita relación no amorosa. El problema de este vínculo, es que la mayoría de las veces, no suele ser mutuo, están los factores miedo a perder la relación, belleza, visión de futuro de dicha relación... Pero todo ésto, con perdón de la gente que no opine lo mismo, no son mas que sandeces. ¿Quién si no la persona que más te conoce, va a ser la más apropiada para hacerte feliz? porque no creo que alguien conocido de escasos días, te pueda hacer sentir tan bien como esa persona que día tras día se esfuerza por estrechar la relación. Estos casos, se suelen dar siempre por parte del género masculino al femenino (hablo generalizando). Como podéis comprobar, no hablo de ésto sin saber, ya que estoy pasando por esa situación, de ahí este fascículo.
Cada día que pasa, dudo más del criterio de la gente a la hora de elegir pareja. Sé que soy el ser más imperfecto que existe sobre la faz de la tierra, lo cual veo normal, mi situación solemne, pero no es solo por mi, sino que día tras día, te encuentras a gente que se guía por factores que realmente no importan. Una relación no son solo besos y caricias, no es solo belleza y sexo. Una relación es un enlace sentimental mutuo entre dos personas que de una manera u otra comparten características y se encuentran a gusto juntos, pero no solo de manera física, sino de manera sentimental.
Sigo sin obtener respuestas al por qué de mi estado sentimental, lo que sigo corroborando día tras día, es que odio al amor y amo al odio.

Atentamente: el del otro lado de la pantalla

18 de octubre de 2010

Recuperando el vicio

Ya se que prometí no volver a usar el blog. Como podéis comprobar con la siguiente entrada: mentía.
A veces el mentir es la mejor solución para escapar de algo que nos agobia, hasta el momento en el que esa mentira se engrosa cual bola de nieve rodando ladera abajo. No se puede vivir de la mentira, de la farsa, del engaño. Uno ha de saber cargar con sus actos, ya sea para bien o para mal. Todo sufre una reacción hacia una acción previa, si mientes lo único que consigues es verte perjudicado en un futuro, próximo o lejano, pero nunca llevan a buen lugar, yo de hecho, me he dado cuenta de que mentir no sirve realmente para nada, si no posees la suficiente sangre fría y una tapadera perfecta o semiperfecta. Sé que no poseo esas habilidades, por ello no suelo hacer mucho uso de tal instrumento malévolo, pero cuando intento mentir, aunque sea a mi mismo, acabo fallando y cometiendo un gravísimo error.
Ahora, las siguientes líneas van dedicadas a ciertos lectores, que saben el por qué de todo ésto.
Siento ser así, el no saber fingir, el prometer cosas que luego no puedo cumplir y el decir cosas que no debería.
A todos aquellos que han sufrido de alguna de las circunstancias anteriores: lo siento

Atentamente: el del otro lado de la pantalla